El crimen del siglo XX

, 25.3.08

Historia que conmocionó a medio mundo.



Charles Lindbergh fue el primer piloto de avión en cruzar el océano atlántico en solitario en el año 1927 con tan sólo 25 años

Salió de Nueva York y aterrizó en Paris con su avión "El espíritu de San Luis", convirtiéndose así, en un héroe en Estados Unidos

El vuelo duró más de 33 horas y media

Su popularidad llegó a tal altura que le propusieron presentarse como candidato a la presidencia de los Estados Unidos, pero él lo rechazó

La fama le agobiaba, por lo que decidió construirse una mansión en las afueras de la ciudad y trasladarse así con su mujer e hijo



EL SECUESTRO DEL PEQUEÑO LINDBERGH

En 1932, la niñera de los Lindbergh acababa su turno visitando al pequeño para comprobar que se encontraba bien

Descubrió que en la cuna no había rastro del pequeño Lindbergh e inmediatamente avisó al piloto y a su mujer

Descubrieron que en el alfeízar de la ventana había una nota que parecía ser del secuestrador en la que indicaba que en unos días revelaría más detalles de como y cuando se haría el pago de 50000 dólares para el rescate

Inmediatamente, Lindbergh, llamó a la policía

La policía encontró pocas pistas del asunto; una escalera de madera hecha a mano en tres partes a pocos metros de la mansión, y la nota del alfeízar de la ventana

La prensa se hizo eco de la noticia, por lo que el revuelo se hizo internacionalmente conocido a nivel mediático. Tanto es así, que muchos periodistas y fotógrafos acudieron al lugar del secuestro y contaminaron la escena del crimen con huellas




JOHN, EL HOMBRE DEL CEMENTERIO

Cientos de personas estaban dispuestas a ayudar al famoso piloto, pero el que más llamó la atencion, fue un hombre que publicó en un diario su disponibilidad por ser el intermediario del pago del rescate

El secuestrador lo llamó y le dió detalles de como y cuando quería los 50000 dólares. Lo citó en un cementerio

Lindbergh y el intermediario, acudieron a la "cita" por la noche. Este último salió del coche y se adentró en el cementerio

De entre los nichos salió la figura de un hombre: el secuestrador, con un marcado acento alemán se hizo llamar John, le exigió el dinero, pero el intermediario quería pruebas sobre el pequeño para comprobar si aquel misterioso hombre, era el verdadero secuestrador

Días después quedaron en otro cementerio donde el secuestrador le entregó el pijama del pequeño Charles el día de su desaparición. Lindbergh, que se quedó en su coche a pocos metros donde tuvo lugar el trato, escuchó la voz de John

El intermediario le entregó la gran cantidad de dinero que cada serie estaba registrado. Y el secuestrador, a cambio, le entregó una nota donde se hallaba el lugar del pequeño



EL PEQUEÑO LINDBERGH ES ENCONTRADO

Pocos días después del segundo y último encuentro con John, un ciudadano que pasaba por un bosque, encontró lo que parecía ser el cadáver de un bebé. Más tarde, los forenses, confirmaron que se trataba de Charles Lindbergh jr. Determinaron que el mismo día de su secuestro fue asesinado

El terrible hallazgo conmocionó a todo un pais. El considerado héroe, había perdido a su primer hijo, el hijo de norteámerica por aquel entonces.

Se montó un importante dispositivo donde el piloto tenía cada paso de la investigación bajo control. Pero las pocas pruebas hacían temer que el caso se quedara sin resolver


DOS AÑOS DESPUÉS

A los dos años del hallazgo, un buen día, un mecánico alertó a la policía sobre un hombre con acento alemán que le había pagado con un billete de la serie registrada

Inmediatamente se dió con el que podía ser el secuestrador y asesino del pequeño

Bruno Hauptmann, un inmigrante ilegal alemán, carpintero de profesión fue detenido en su casa por el supuesto secuestro y asesinato del bebé de veinte meses

Se le realizó varios interrogatorios en los que negaba cualquier parte de implicación en el asunto. Inluso negaba el tema del billete del número de serie registrado

Le hicieron escribir para comprobar su caligrafía con la de las notas y la policía determinó que se trataba de la misma. Por lo que estuvo claro que él fue el que escribió las notas

En la rueda de reconoconocimiento, el intermediario no estuvo seguro de quien podía ser de los cinco hombres que se prestaron, pero más tarde aseveró que Bruno Hauptmann, era el misterioro John del cementerio.

Charles Lindbergh, en un principio, tampoco estuvo seguro de si se trataba de la misma voz que escuchó aquella noche en el cementerio. Luego, aseguró muy vehemente que sí estaba seguro de que las voces coincidían

Pocos días después la policía encontro más pistas; la madera de la escalera fabricada a mano para el secuestro del pequeño, coincidía perfectamente con la madera del suelo de la casa del inmigrante alemán. Ambas maderas tenían las mismas marcas de fábrica

JUICIO

En el juicio, Hauptmann, cambió su versión y dijo que el dinero con el que pagó al mecánico, procedía de un amigo suyo que se marchó a Europa donde murió de tuberculosis. No le dieron mucha credibilidad, ya que el mismo día de la entrega del dinero al secuestrador, el alemán dejó el trabajo. Pero seguía negando su implicación en el secuestro y asesinato.

Numerosos periódicos le pagarían una importante suma de dinero si se declaraba culpable. Él lo negó rotundamente pese a que su familia estaba al borde de la ruína

Su rotundidad sobre su inocencia hacía dudar a la gente de si él era el asesino y el secuestrador del pequeño Lindbergh

Pese a las pocas pruebas por las que se le imputaba, Bruno Hauptmann, fue hallado culpable del secuestro y asesinado del bebé y fue sentenciado a la silla eléctrica


EN LA ACTUALIDAD

En la actualidad se ha descubierto información que había sido ocultada en aquellos tiempos. Se sospecha incluso de la implicación del propio Charles Lindbergh.

Hubo demasiadas irregularidades en el juicio y en la investigación, ¿por qué el piloto se negó a que el servicio de la mansión fuera interrogado incluso cuando se descubrió el cadáver de su hijo?

Hay especulaciones sobre si el asesinato pudo ser un accidente del piloto con su hijo, ya que a menudo bromeaba escondiendo al niño y diciendo que había desaparecido

Pero lo más seguro es que Hauptmann era un claro implicado, ya que grafólogos actualces, reiteran que la caligrafía era la misma a la de las notas

Aún hoy, siguen habiendo polémicas sobre el asunto. Es difícil que se esclarezca si fue uno o varios los implicados y, sobre todo, la verdadera implicación del ejecutado.

Más de 70 años después, el llamado crimen del siglo XX, sigue creando controversia

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